---------------------------
La ventana se esparce al olvido
calles sin transeúntes,
alaridos y pregones de carnaval.
Saltan ojos sin horizontes,
nombres o definidas siluetas
en la sed de sombras y máscaras,
y las calles susurran sus grietas,
grietas de pradera sin esperanzas o nivel.
El silencio se ahoga en el vacío
de un muro de recuerdos y orgías
con las olas del mar.
La torre blanca dormita sola,
fenece en la niebla
sin crono ni humo,
y las casas susurran sus secretos,
secretos de fantasmas y difuntos sin soñar.
Desmemoriada chica que se marchó en la mañana
sin el encanto de la oruga y el caracol
rabiosa manera de lograr el pan,
zapatos y vestidos en una noche que se cree demasiado larga
con vidrieras solo para ver.
Se sintió niña sin historia,
chismes o comentarios,
endeble manera de estirarse sobre las sombras
el día o el ayer
cuerpo de mujer convulso en su hora de gruta y mar.
Podrán olvidarse sus piernas sin medias
más allá del olvido,
la lujuria?
Angustias de una muñeca que ya no es de trapo
vaivén del reguetón,
caña y placer?
Serán holgazanes los buenos modales?
esa fotografía en el cajón de la abuela,
con letanía de pescado fresco,
habichuelas y la sartén.
La ventana se esparce al olvido
como desmemoriado pueblo
de costumbres y su viejo atardecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario